Esa mañana entré lleno de
curiosidad a la solemne Biblioteca de la Universidad de la Sorbonne en Paris y
le pregunté a la bibliotecaria: ¨tienen ustedes y dónde puedo encontrar
material de historia de la Patagonia?¨a lo que ella me contestó: ¨si tenemos,
pero dígame qué anda buscando…¨
Pensé un instante y le
respondí: ¨busco material sobre la historia de la Patagonia durante el siglo
XIX…¨ a lo que ella contestó serenamente: ¨si tenemos, pero dígame por
favor, qué anda buscando…? ¨
Algo turbado me quedé en
silencio pensando y le volví a preguntar: ¨quisiera encontrar material de
historia económica de la Patagonia durante el siglo XIX…¨ y la
respuesta de la bibliotecaria fue calmada y precisa: ¨si tenemos material
de historia económica de la Patagonia en el siglo XIX, pero, señor, dígame por
favor qué anda buscando…¨
Ya en estado de incomodidad
intenté precisar mi demanda diciéndole: ¨busco materiales de historia económica
de la Patagonia chilena durante el siglo XIX y especialmente sobre la Sociedad
Explotadora de Tierra del Fuego y sus estancias…¨
La bibliotecaria, sin que
se le mueva un músculo de su rostro me contestó en tono tranquilo. ¨si señor,
tenemos de ese material, pero en esta Biblioteca deben haber a lo menos unos
350.000 títulos sobre la Patagonia, en francés, en inglés, en alemán, en portugués,
en italiano y en español…de manera que le solicito me diga exactamente qué es
lo que anda buscando…¨
Esta vergonzante anécdota que me tocó vivir, me
permite introducir esta reflexión sobre la búsqueda que deben hacer los
estudiantes y los investigadores y la necesidad que tienen de abordar la
metodología de la investigación. Cuando el lector o el investigador se internan
en el campo de la Metodología de la Investigación, fácilmente percibe que se ha
internado en un bosque frondoso, donde no puede distinguir arbustos de arboles,
ni puede encontrar orientaciones que le permitan encontrar lo que busca.
No está demás consignar aquí una frase extraída del
sentido común de un académico en la Universidad que lanzó un día en clases:
¨para saber buscar, debemos saber primero qué andamos buscando¨….
El estudiante universitario, incluso aquel que se
encuentra en los semestres finales de su carrera, sabe muy bien que si no ha
recibido una buena formación en Metodología de la Investigación o si esta
asignatura se ha limitado a teorizar sobre las grandes escuelas de la ciencia,
se arriesga a andar buscando sin saber lo que anda buscando y, lo que es más
decepcionante, sin saber cómo buscar.
En el lenguaje a veces sofisticado de los
investigadores y de los ¨metodologistas¨
(si no existe esa palabra, entonces la acabo de inventar…), el método es un
concepto particularmente elástico que puede ser definido de modos diferentes e
interpretado de distintas maneras.
LOS HECHOS SON COMO LAS PIEDRAS: DUROS Y FRÍOS.
El método, desde una optica general y acaso
filosófica, es el conjunto de operaciones intelectuales por medio de las cuales
una disciplina busca alcanzar la verdad, al tiempo que demostrarlas y
verificarlas. Se trata entonces aquí, de un procedimiento lógico,
inherente a toda investigación científica y que permite considerarlo como un
conjunto de reglas, independientes de toda investigación y de todo contenido
particular, pero que apunta a formular y generar procesos y formas de
razonamiento y de percepción que permiten hacer accesible la realidad a
investigar.
La realidad es nuestro punto de partida para la
investigación, y el método se constituye en la aproximación que va a hacerse
para conocer esa realidad. Los hechos son el material fundamental desde
el cual realizamos la investigación y antes de aplicar alguna técnica sobre esa
piedra fría y dura de los hechos, debemos planificar y decidir qué queremos
hacer con la piedra, para qué la recogimos, de qué nos sirve, qué reglas
aplicaremos para intervenir esa piedra. Ese es el método.
Estas reglas definen la posición y la dirección de
nuestra razón, frente al objeto de la investigación.
Si asemejáramos la investigación científica al proceso
de construcción de un edificio, diríamos que el método son los
planos de la construcción y las técnicas de investigación son
la caja de herramientas para ejecutar la construcción.
Un segundo enfoque aborda al método como una actitud
del investigador respecto del objeto de la investigación. Así, el método dicta
un conjunto de maneras concretas de diseñar y de organizar la investigación.
Todos los métodos se aproximan de un modo diferente al objeto de
investigación.
Una tercera manera de entender el método, es el que lo
entiende como una tentativa de explicación, como un esquema explicativo de
diferentes niveles de profundidad de la investigación.
Finalmente el método desde la perspectiva de una
disciplina científica en particular, se puede definir como una manera de
proceder. El método histórico es diferente del método sociológico, solo
por dar dos ejemplos. Pero en todo caso, aquí el método no puede
confundirse con la teoría: por una parte, la teoría se refiere al qué de un objeto de
investigación, mientras que el método se refiere alcómo de la investigación.
LA CAJA DE HERRAMIENTAS.
A un nivel más operacional de la investigación se
encuentran las técnicas.
Una entrevista en profundidad, un focus group o un
cuestionario dentro de una encuesta, no son métodos de la investigación, son
técnicas para la recolección de datos dentro de una investigación.
Aún así reconocemos que la elección y la aplicación de
una técnica de recolección de datos, tiene sus propias reglas metodológicas y
sus propias exigencias de procedimiento: ya sabemos que una encuesta (el
método), puede resultar con datos distorsionados e inexactos, porque el
cuestionario y la muestra (que son técnicas), fueron mal formulados, mal
construidos o mal aplicados. Extremando el ejemplo, una pregunta mal
formulada dentro del cuestionario en una encuesta, puede distorsionar todo el
resultado de la encuesta. Es como el tornillo mal apretado dentro del mecanismo
de funcionamiento de la turbina de un avión: a la larga, ante el intenso uso de
la turbina, ese ínfimo tornillo puede ocasionar un desastre aéreo.
La caja de herramientas de las técnicas no define qué
andamos investigando, sino solo nos proporcionan procedimientos
operacionales rigurosos, definidos, transmisibles, susceptibles de ser
aplicados y replicados una y otra vez en las mismas condiciones, y que se
adaptan estrictamente al tipo de problema que investigamos.
No podemos investigar un hecho histórico con un método
terapéutico, así como la entrevista en profundidad (propia de las Ciencias
Sociales) no nos sirve para la técnica operatoria que utilizará el médico en el
quirófano.
El método se sitúa en el plano de los objetivos y del
enfoque de la investigación, mientras que la técnica de investigación se sitúa
en el plano de los hechos a investigar.
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